Pelamos las castañas (en los supermercados las venden congeladas y peladas). Para pelarlas fácilmente, dales un corte y cuécelas en agua hirviendo durante 1 o 2 minutos. Deja que enfríen un poco y ya podrás pelarlas.
Trituramos las castañas y las ponemos a hervir con la leche poco a poco hasta que tengamos un puré.
Montamos las claras a punto de nieve, cuando casi estén le añadimos 200 ml de nata y 60 gr de azúcar y montamos ligeramente.
Ponemos tres láminas de gelatina a remojar en agua fría. Mientras tanto, en un cazo llevamos casi a ebullición 100 ml de nata y el brandy, retiramos del fuego, añadimos las láminas escurridas de gelatina y removemos.
Ahora mezclaremos, el puré, las claras montadas y el brandy con la nata y la gelatina con movimientos envolventes.
Dejar reposar al menos tres o cuatro horas en la nevera.