Limpiamos el solomillo de nervios y tendones. Salpimentamos al gusto.
Doramos el solomillo con aceite en una sartén y reservamos en una bandeja de horno.
Picamos la cebolla y la pochamos en la misma sartén. Una vez que haya dorado añadimos la sidra y dejamos que evapore el alcohol, unos 5 minutos. Rectificamos de sal.
Precalentamos el horno a 200 grados.
Pincelamos el solomillo con la mostaza, añadimos la cebolla con la sidra, espolvoreamos tomillo y lo metemos al horno durante unos 20-25 minutos aproximadamente, dependerá del tamaño y grosor de la pieza. Iremos rociando con la salsa varias veces durante el horneado.
Cuando esté hecha la carne, la apartamos y trituramos la salsa (si nos ha quedado espesa podemos añadir más sidra y dejamos que evapore, nuevamente, el alcohol). Es el momento de añadir la nata (si se desea) llevando a ebullición hasta que la salsa quede con la textura deseada. Retiramos del fuego
Para el acompañamiento, sólo hay que trocear la manzana y cocinarla en una sartén con mantequilla y azúcar hasta que esté blandita.
Por último, podemos añadir el jugo que haya soltado el solomillo a la salsa y darle un golpe de calor.
Cortamos el solomillo en medallones y salseamos.